La marca de neumáticos Bridgestone, patrocinadora de los Juegos de Tokio, reunió ayer a Javier Gómez Noya y a Dani Rovira en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Durante el encuentro, que se pudo seguir en directo en Instagram, el embajador olímpico y el actor aprovecharon para charlar sobre este 2020, los Juegos o diferentes curiosidades de la vida de Javi; además de compartir después alguna sesión de entrenamiento.
El sueño del oro olímpico
En 2016, una lesión a pocas semanas de los Juegos Olímpicos de Río, una caída en bici privó a Gómez Noya de luchar por el oro. Cuatro años después de aquel difícil momento, el gallego ha puesto de nuevo toda la carne en el asador.
«En el mundo del alto rendimiento es así, no hay medias tintas». El triatleta ha apostado todo para tratar de «alcanzar mi sueño que es llegar a unos juegos olímpicos y hacerlo lo mejor posible para llegar al oro».
«mi sueño que es llegar a unos juegos olímpicos y hacerlo lo mejor posible para llegar al oro»
Javier Gómez Noya
«No me quiero quedar con la duda», aseguraba. Por eso trabaja y dedica las 24 horas del día y todo su esfuerzo. «Pero no lo puedes hacer solo», explicaba Javi. Y es en esa parte en la que el triatleta valoraba el gran papel de la marca en su Road to Tokio. «Tener a Bridgestone hace que sientas que tienes un espaldarazo, un apoyo». Como apuntaba el propio triatleta, el apoyo de una marca de tal prestigio facilita el proceso y ayuda a centrarte y ocupar el tiempo en superarte.
El aplazamiento de los Juegos Olímpicos, un duro golpe que se convirtió en alivio
Al inicio de la pandemia, en el mes de marzo, la incertidumbre sobre qué iba a pasar con los JJOO empezó a calar en los deportistas. «Fue un golpe a todos los niveles», explicaba el Capitán al actor durante el encuentro
«Desde el COI se seguía diciendo que se iban a celebrar y eso generaba un estrés». Noya explicaba a Rovira como, tras el cierre de piscinas y el comienzo de las restricciones, empezaba a buscar soluciones que no llegaban a ninguna parte. «Empiezas a tratar de hacer deporte en casa, pero no es la manera». Finalmente, la noticia fue «un alivio para todos» y abrió la posibilidad a «poder centrarnos en lo importante, para pensar después en el deporte».
Aunque Noya reconocía que, mentalmente, había sido muy duro para todos los deportistas y tantos otros sectores, «ahora, vuelve la ilusión contenida de pensar que se pueden celebrar».
De la preocupación a la sensatez
Uno de los temas más recurrentes en cualquier conversación con los deportistas profesionales es la manera en la que han gestionado sus entrenamientos y su día a día en medio de las dificultades impuestas por el COVID 19.
«He pasado por varias fases durante el confinamiento», explicaba el cinco veces campeón del mundo. «En la primera semana era querer cumplir con el plan entrenamiento. Cinta para correr, rodillo, gimnasia casera con gomas. Incluso hubo un momento en el que conseguí comprar una piscina de niños», contaba el triatleta entre risas.
«la situación iba para largo y no tenía sentido estar machacando el cuerpo»
Javier Gómez Noya
Javi manifestaba con humor esa preocupación que entonces invadía a todos los deportistas, llevándolos a buscar soluciones casi desesperadas. «En cualquier otro momento hubiera pensado que era una pérdida de tiempo, pero en ese momento era cómo ‘buah’, he conseguido nadar en el confinamiento», aseguraba.
Pero la situación parecía alargarse, y era el momento de «entender que iba para largo y no tenía sentido estar machacando el cuerpo«. La madurez deportiva de Gómez Noya marcó entonces el camino correcto. «Creo que algunos deportistas, sobre todo lo más veteranos, nos los tomamos con calma«. Y, mientras que «algunos deportistas hacían 300 kms en el rodillo para subirlo a redes sociales», Javi sabía había que «no había que hacer locuras».
Buscar nuevos retos y salir de la zona de confort
El malagueño, también aficionado al triatlón, quiso saber un poco más sobre esa gran capacidad de Javi que ha alabado hasta el propio Jan Frodeno: la de adaptación a tantos formatos diferentes.
El discípulo de Carlos Prieto pudo saltar en 2018 a la distancia IRONMAN casi al mismo tiempo que seguía haciendo corta distancia y, tan sólo un año después, centrarse de nuevo en el camino hacia los Juegos Olímpicos.
«Te sorprende, pero es el reto cuando llevas muchos años haciendo lo mismo«, explicaba. El IRONMAN, una distancia que «es casi un deporte distinto», fue el paso de Javi para «salir de la zona de confort«.
«A mis 34 años, para mí fue como un niño con zapatos nuevos». Gómez Noya explicaba a Rovira cómo el salto de distancia le ayudó conocerse a más a sí mismo. «Estaba aprendiendo conociendo mi cuerpo en una situación a la que no estaba acostumbrado».
Aspectos como la nutrición en carrera se volvieron muy importantes. «Cosas a las que antes no le estaba prestando atención, me interesaron mucho más». Un proceso que el medallista olímpico recuerda como «muy bonito» y como parte de la necesidad de «ampliar horizontes» en la carrera de cualquier deportista.
Su bonita rivalidad con los hermanos Brownlee
En la charla con Rovira también hubo un hueco para uno de los nombres que más han marcado la carrera del deportista, el de los Hermanos Brownlee. Durante años, la dupla británica batalló codo con codo con el triatleta español, en una de las épocas de mayor rivalidad deportiva que se recuerdan en el triatlón.
«El mayor ejemplo de eso fue la final del mundial 2013, en un sprint con Jonathan Bronwlee«, recordaba Javi Gómez Noya. «No sólo llevábamos dos horas de competición al máximo nivel, sino que era la última de siete pruebas alrededor de todo el mundo y llegamos con los puntos igualados para jugarnos en los 10 últimos segundos toda la temporada». Aquel sprint quedó para siempre grabado en las retinas de todos los aficionados.
«Es un momento histórico que pasa rapidísimo, y me pongo nervioso al verlo después, porque en carrera estás metido en faena y tomas decisiones en un milisegundo, pero cuando empiezas a pensar lo que podría haber pasado…Pero es parte de deporte, momentos de emoción que es lo que engancha a mucha gente».
Sobre su lucha con los británicos, Gómez Noya creo que «se ha hecho mucho afición a raíz de ese momento y de la rivalidad que tuve con los hermanos Brownlee». Noya sabe que si no hubieran coincidido hubiera ganado más carreras, o quizá las hubieran ganado ellos, «pero esa rivalidad ayudó a crecer a este deporte y a mí me ayudó a ser mejor».
De hecho, tanto han trascendido los duelos entre ellos que, tal y como contaba Javi entre risas, al propio Jonathan le siguen preguntado por «las peleas con el español ese”. «A mí me siguen preguntando si sigue los hermanos ingleses, son cosas que hacen afición», apuntaba.
La importancia del componente mental
«Hay muchos días que estás haciendo series y vas al límite de pulso; en una carrera, cuando vas en un sprint, igual. Cuando vas viviendo eso varias veces, te vas sintiendo más cómodo y empiezas a dominar algunas situaciones», señalaba el deportista de Specialized.
Gómez Noya y Rovira hablaron también sobre la necesidad de trabajar y desarrollar una fortaleza mental imprescindible en el deporte de alta competición. «El entrenamiento te hace visualizar esos momentos y te hace ganar confianza en ti mismo. Yo no soy la persona con más confianza, pero me da mucho más confianza el entrenar bien«, explica el gallego.
«Si me he preparado bien, si he hecho todo le plan de entrenamiento, estoy tranquilo. Creo que todo el proceso de entrenamiento es la clave». Para Javi, «la gente te juzga en el día D», pero «lo duro es lo que hay detrás, la competición es el día de fiesta».
Pese a la necesidad centrarse y tener que ser capaz de aislarse frente a los problemas personales, Javi afirmaba que «una vez que estás en competición, te olvidas, es el lugar en el que te sientes cómodo». «Es importante disfrutar de lo que te gusta, y me siento un privilegiado de que sea mi trabajo. Hay días duros, pero no me ocurriría algo mejor».