Aunque no lo creas, hay formas de mejorar el rendimiento de tu bicicleta sin tener que desembolsar cientos (o miles) de euros. No todo pasa por comprar un increíble juego de ruedas o una cambio electrónico de última generación. También puedes buscar la presión ideal de los neumáticos de tu bicicleta.
Prestando atención a la cantidad de aire de tus neumáticos evitarás presiones lo suficientemente erróneas como para provocar pinchazos y descensos en el rendimiento y la comodidad. Por eso, aquí van una serie de consejos para conseguir una presión óptima en tus neumáticos.
Infla los neumáticos
Una presión en la rueda de tu bicicleta adecuada permite que ruedes más rápido, con suavidad y evitando los pinchazos. Ten en cuenta que los neumáticos estrechos necesitan más presión de aire que los anchos: en el caso de los neumáticos de carretera suelen necesitar entre 80 y 130 psi (libras por pulgada cuadrada), mientras que la presion adecuada en ruedas de bicicleta de montaña se sitúa entre 25 y 35 psi.
A mayor peso, más alta deberá ser la presión de aire en las ruedas de tu bicicleta, pero nunca sobrepases ni bajes la presión recomendada por el fabricante de los neumáticos. Este dato siempre lo podrás encontrar en el flanco del neumático.
Comprueba regularmente la presión de los neumáticos de la bicicleta
Los neumáticos pierden aire con el tiempo. Los neumáticos sin cámara de aire, siempre y cuando estén bien montados, pierden mucho menos que las cámaras convencionales de látex. Pero el aire se escapa de todos los neumáticos, desde unos pocos psi a la semana hasta caídas drásticas de la noche a la mañana.
La tasa de pérdida aumenta con la presión y en reacción a factores externos, como las bajas temperaturas (alrededor del 2% se desvanece por cada 10 grados Fahrenheit). Hay quienes comprueban la presión antes de cada salida y quienes lo hacen una vez a la semana. Lo importante es desarrollar el hábito de revisar e inflar los neumáticos con cierta periocidad. De lo contrario, probablemente tu presión sea incorrecta la mayoría del tiempo que pases sobre la bici.
Comprueba siempre la presión al día siguiente de reparar un pinchazo con bombonas de CO2. El dióxido de carbono es muy soluble en el caucho butílico, por lo que básicamente atraviesa la pared de la cámara, y lo hace muy rápido. De hecho, si pinchas al principio de la ruta y lo arreglas con CO2, vuelve a comprobar el neumático al cabo de una hora más o menos: probablemente habrá que rellenarlo.
Encuentra el punto óptimo
Como todo en la vida, aquí también depende. Tradicionalmente se ha creído siempre que una mayor presión de los neumáticos equivale a una menor resistencia a la rodadura, porque en una superficie lisa, los neumáticos duros se flexionan menos y crean una zona de contacto más pequeña.
Sin embargo, ninguna carretera es perfectamente llana. Los neumáticos de bicicleta con una presión adecuada se adaptan a los baches y absorben los impactos. Si están demasiado inflados transmiten los impactos al ciclista, lo que acaba sacrificando la velocidad y la comodidad de conducción.
Sobre un asfalto nuevo, tus neumáticos pueden «andar» muy bien con 100 psi, pero en una carretera irregular, pueden hacerlo aún más rápido con 90 psi. Lo mismo ocurre con los días húmedos o lluviosos. En estas condiciones deberías usar 10 psi menos de lo habitual. Con ello mejorarás tu tracción y evitarás sustos.
No infles en exceso
No, más no siempre es mejor. Y es a lo que tendemos la gran mayoría, superando incluso la presión máxima indicada en el flanco. Lo que muchos no saben es que esta presión ya suele ser demasiado alta y, además, no tiene en cuenta factores que influyen en la presión del neumático, como el tamaño del ciclista o el terreno, como comentábamos arriba.
Es aconsejable que reducir la presión en algunas circunstancias: si has cambiado recientemente a neumáticos más anchos o si vas a enfrentarte a una ruta con demasiadas curvas, por ejemplo.
Es cierto que la resistencia a la rodadura aumenta con una presión más baja, pero varios estudios demuestran que, en varios neumáticos de carretera, lo hace sólo ligeramente. Nada que no puedan superar unos pocos vatios de potencia.
La resistencia a la rodadura es sólo una pequeña parte de todas las fuerzas que tenemos que superar (la resistencia al viento o la gravedad). Las mayores diferencias en la resistencia a la rodadura no están en la presión, sino en el neumático que se utiliza.
Ajusta la presión en función del volumen del neumático de la bicicleta
La presión ideal en los neumáticos de una bicicleta también depende del propio neumático. Si cambias de una cubierta de 23 mm a cubiertas de 25 ó 28 mm, estás aumentando el volumen de la cubierta de forma significativa, por lo que tienes que ajustar la presión de aire a la baja. Lo ideal es ajustar en torno a un 15% menos para cubiertas de 25mm y sobre un 33% para 28mm.
Cuidado con la bomba de suelo
Los manómetros de las bombas de suelo no suelen ser tan precisos. Al medir la presión en el manómetro, lo que están midiendo es la presión del aire dentro de la bomba, no en el neumático. Y esta calidad varía; puede tener una diferencia de unos pocos psi o de hasta 10-15 psi.
La parte positiva es que, aunque no son precisos, son bastantes regulares a la hora de medir. Así que, al menos, estás inflando con la misma presión cada vez. No obstante, nuestro consejo es que consigas un manómetro independiente.
La presión ideal en los neumáticos de una bicicleta no siempre es la misma
Lo normal para la gran mayoría es inflar los neumáticos delanteros y traseros de forma similar siempre. Pero el equilibrio del peso no es 50-50 delante y detrás. La mayoría de estudios apuntan a un mayor reparto del peso en la parte trasera. El rango puede variar entre un 33-45% delante y un 55-67% detrás.
Por eso, la presión ideal en los neumáticos de una bicicleta va a depender de una serie de cosas, como la elección de los neumáticos y el estilo de conducción, pero también está claro que no deberías utilizar la misma presión delante y detrás.
Juega con con la presión de los neumáticos desinflando los delanteros y los traseros un pequeño porcentaje. Sal a rodar sin miedo y toma nota de las sensaciones; baja incluso un poco más. La presión ideal es aquella que consigue una conducción cómoda, pero también una sensación de confianza en las curvas.
Si ves que la rueda delantera empiece a sentirse algo inestable en las curvas difíciles, aumenta un poco la presión. Toma nota siempre de la presión y aprende a regularla en función de las circunstancias para sentirte mejor sobre tu bici. Recuerda que la presión ideal cambia según las condiciones, el terreno, el clima, el tamaño o la marca de neumáticos.