«Latente» según el Diccionario de la lengua española: 1. adj. Oculto, escondido o aparentemente inactivo. ¿Y por qué llamar «Latente» nuestro nuevo documental junto a Hoka One One? Porque precisamente trata de esas otras historias que no se ven, pero que existen y merecen ser contadas.
De la mano de Hoka Fans Iberia, la semana pasada nos pudimos desplazar a triXilxes, donde Emilio Aguayo regresaba a la competición tras una mala experiencia en Miami, para acompañar a él y a su familia durante todo un fin de semana.
Charlamos sobre el lado amargo del deporte, la familia, su carrera y sus sueños, que pasan por IRONMAN Kona. Todas esas historias detrás de un deportista profesional al que admiramos son las que hemos tratado de recoger en «Latente».
Los momentos duros también existen
«No todo en la vida de un profesional es hacer podiums y recibir cosas de patrocinadores», explica Emilio sobre lo vivido en Miami, donde no pudo rendir al nivel esperado. «Se pasan momentos difíciles, tanto deportivos como personales«. Pero a veces cuesta hablar de ello. Las redes sociales sólo quieren ver la parte bonita de la historia y dejan de lado momentos duros.
Como los que pasaron Emilio y Natalia, su chica, cuando se convirtieron en papá y mamá de Balú. «Echábamos de menos pasar tiempo juntos Natalia y yo, que al final también es importante«.
Emilio reconoce que ahora es un poco más duro salir a entrenar y dejar al pequeño en casa, pero «luego vuelves y sí que mola, está ahí y te recibe y parece como que hace un montón de tiempo que no te ha visto».
Natalia y Balú, pilares fundamentales en su vida
Ahora, Natalia y él, comparten equipo y la pasión por su hijo y el triatlón. «Es muy bonito que tanto ella como yo estemos en el mismo equipo, que podamos entrenar. Es una cosa que no me esperaba para nada. Cuando la conocía ella ya hacía triatlón pero no me esperaba para nada que pudiésemos llegar a este nivel, que pudiésemos llegar a unirnos y a encauzarlo todo en la misma dirección», cuenta el triatleta del ANb Triathlon Team.
Un vida ligada al deporte gracias a sus padres
El documental de Emilio Aguayo también habla sobre el comienzo de sus pasos en el mundo del deporte. «Mis padres han sido los dos muy deportistas de jóvenes. Mi madre ha sido jugadora de básquet, mi padre ha sido jugador de rugby y yo he practicado deporte desde muy pequeño siempre», cuenta el ganador de IM Wisconsin.
«Ellos me apuntaban a tenis, me apuntaban a judo, he hecho futbol sala, he hecho rugby, natación toda la vida».
Por eso Emilio debe muchos de sus éxitos a sus padre. «El recuerdo que tengo yo desde pequeño es que me han apoyado en todo. Si quería ir a entrenar me llevaban y si no quería no me llevaban. No me han obligado a nada».
Y ese apoyo sigue estando presente hoy en día. Sobre todo con su padre, a quien el propio Emilio entrenar hoy y con quien comparte algunas sesiones. «Poder salir con mi padre no está pagado con dinero. Eso es una pasada«, apunta el Bisonte.
«Con Hoka me siento parte de la familia»
«Con una marca tan profesional como es Hoka, tan metida en el mundo del triatlón, que al final es mi mundo… La verdad es que ayuda mucho, la verdad es que no puedo estar más contento», reconoce el valenciano. Con la marca afirma haber logrado algo indispensable: «sentirme parte de la familia«.
IRONMAN Kona, el gran sueño
En septiembre de 2019 Emilio logró su primera victoria en un franquicia IRONMAN, en el IRONMAN Wisconsin. Aquella victoria le otorgó billete directo para el campeonato del mundo de Kona.
«El objetivo con el que iba a esa prueba era a intentar clasificar a Kona, porque justo nos habíamos enterado unos meses antes de que Natalia se quedaba embarazada», cuenta.
«Yo tuve en mente durante toda la carrera a Balú, que aún no había nacido, y a Natalia, que estaba en casa».
«El poderme clasificar para Kona, además haciendo el gesto del bebé» fue una de las mejores experiencias deportivas de su carrera. «Había muy poca gente que lo sabía y mucha que se enteró por eso».
«No queríamos decirlo así pero a mí me salió del alma, porque, durante las ocho horas y media que duró el IRONMAN yo lo llevé en mente. Todos esos sentimientos al final salieron, y la verdad es que me emocioné mucho. Al final cuando llegué solo quería hablar con ellos».
El documental de Emilio Aguayo refleja aquella situación que se convirtió en algo idílico. «Me había conseguido clasificar para Kona, iba a ser padre, estaba con la mujer de mi vida… no podía ser nada más perfecto«.
El futuro de Emilio Aguayo
«La mejor noticia con la que puedo venirme yo de Kona, que me puedo traer en la maleta, es haber disfrutado al 100%, no haber tenido ningún problema que no haya dependido de mí», analiza Emilio.
«Y luego que la prueba me ponga en mi sitio. Si mi sitio es el 40 de los 50 participantes que vamos a ser más o menos, que sea el 40… y si es en top 10, que sea un top 10».
¿Y después? «Mi objetivo es seguir al más alto nivel el máximo tiempo posible. A mí me gustaría envejecer, tener 45 años, y seguir yendo a Kona«, asegura el discípulo de Roberto Corujo.
«Pienso que aún me pueden quedar muchos años por delante y me gustaría seguir aprendiendo y que cada ver que vaya a Kona sea un aprendizaje nuevo (…) y para eso voy a trabajar estos meses que me quedan y seguiré trabajando en el futuro«.
