Actualmente correr es uno de los deportes más populares en nuestro país y uno de los más frecuentes a la hora de realizar entrenamientos diarios. Es muy habitual ver por nuestras calles, playas o bosques a corredores entrenándose.
La popularidad de este deporte responde a diversos factores. En nuestra opinión, los factores que más influyen en el posicionamiento del «running» como deporte popular son, entre otros, el bajo coste de practicarlo, la libertad de horarios que permite al deportista o la posibilidad de realizar otras actividades a la vez, como escuchar música.
A la hora de correr, sin embargo, hay que tener en cuenta la superficie por la que se pisa. Cuando salimos a entrenarnos, podemos correr por un sinfín de superficies diferentes, cada una de ellas con sus características y sus ventajas e inconvenientes. El corredor deberá ser consciente de las diferencias entre las distintas superficies existentes y deberá adaptarse para evitar lesiones y sobresaltos.
¿Cuál es la mejor superficie para correr? A continuación encontrarás las ventajas e inconvenientes de correr por las superficies más frecuentes que podemos encontrar en los pueblos y ciudades de nuestro país. También te daremos algunos consejos básicos para que puedas adaptarte correctamente a cada una de ellas.
Carreteras y vías urbanas de asfalto
El asfalto es el material más frecuente en las calles y vías que transcurren por nuestras ciudades. Este material está también presente en las principales vías y carreteras interurbanas de nuestro país. De hecho, la mayor parte de pruebas de fondo y carreras populares se llevan a cabo sobre asfalto. Por esta razón, muchos corredores, amateurs o no, prefieren esta superficie para entrenarse.
Las vías de asfalto se caracterizan por otorgar una gran estabilidad de la pisada al corredor, puesto que presentan superficies firmes y homogéneas. También una amortiguación que, aunque puede ser superior en otro tipo de superficies, no es nada desdeñable.
La principal desventaja de una superficie de asfalto es su peligrosidad en el entrenamiento. La presencia de tráfico rodado a motor hace que el corredor sea el elemento más débil, y a menudo menos respetado, que circula por la calzada.
Calles de piedra o adoquines
Aunque cada vez son menos frecuentes, todavía existen en nuestras ciudades algunas calles conformadas a partir de adoquines. Los adoquines son piedras, generalmente irregulares, en la superficie final de las calles.
Una calle adoquinada es, sin ningún género de dudas, la peor superficie por la que podemos correr. Esto se debe principalmente a dos factores. Por un lado, la amortiguación que este material ofrece al deportista es prácticamente nula. Por otro lado, los adoquines suelen caracterizarse por ser enormemente inestables y es habitual encontrar piedras que a menudo se mueven.
Ambos factores hacen que correr por esta superficie conlleve una alta probabilidad de sufrir lesiones, como sobrecargas musculares o torceduras en los tobillos.
Un material llamado concreto
El concreto es un material usado en la construcción y pavimentación de calles debido principalmente a su bajo coste, inferior al del asfalto. Es el resultado de mezclar cemento y agua con gravilla. Una vez seco, se conforma una superficie dura ideal para pavimentar aquellas calles para las que se cuenta con un presupuesto menor. Podríamos decir que, de alguna manera, se trata de un asfalto low cost.
El concreto es la superficie que ofrece al corredor una menor amortiguación, por encima del 20% menos, de lo que ofrece el asfalto. Esto significa que será el calzado que llevemos, en primer lugar, y el nuestro propio cuerpo, posteriormente, quien absorba el impacto de nuestras zancadas.
Por las características de este material, podremos sufrir lesiones si abusamos de la carrera sobre este tipo de superficie. Especialmente si el calzado deportivo que usamos, y que actúa como escudo del cuerpo frente al impacto de las zancadas, no es de calidad.
Arena de la playa
Aunque sea frecuente ver a corredores entrenando en la playa y a deportistas o entrenadores recomendando entrenar sobre esta superficie, en nuestra opinión no es positivo recorrer largas distancias sobre la playa.
No obstante, es cierto que existen dos tipos de superficie en una playa: las dunas formadas por arena seca del interior y la arena húmeda de la orilla, que conforma una superficie más dura.
Nuestra recomendación de no recorrer grandes distancias sobre la playa se refiere fundamentalmente a las dunas formadas por arena seca. Se trata de una superficie extraordinariamente blanda en la que nuestros pies van a hundirse en cada zancada. Este hecho provocará, por un lado, mayor rapidez en la aparición de fatiga y, por otro lado, mayor probabilidad de lesiones musculares, como sobrecargas o, incluso, torceduras.
Sin embargo, realizar pequeños trotes o ejercicios de calentamiento sobre estas superficies puede resultar positivo como punto de partida para entrenarse sobre otro material.
Por otra parte, la arena húmeda de la orilla presenta una mayor dureza, siendo más difícil hundir los pies en cada zancada. Esto reduce tanto la rapidez en la aparición de la fatiga como la probabilidad de sufrir lesiones.
Ahora bien, hay que tener en cuenta la inclinación de esta superficie, lo que hace recomendable cambiar con frecuencia el sentido de la marcha para evitar sobrecargas musculares.
Pista sintética
Llamamos material sintético al que conforma la superficie más habitual de las pistas de atletismo. Como es natural, se trata de uno de los mejores y más adecuados materiales para correr sobre él.
Este material de caracteriza por el enorme grado de absorción que proporciona y el gran impulso que genera después de cada calzada. Además, este tipo de superficie presenta una gran estabilidad.
Al tratarse de un material especial para las pistas de atletismo, no puede disfrutarse en las carreras de fondo. Sin embargo, es interesante que el atleta especializado en carreras largas pueda entrenarse en esta superficie para mejorar aspectos como la velocidad punta o la técnica en carrera.
Caminos de tierra
Los caminos de tierra dura y uniforme son una superficie ideal para correr. Presentan muy buena estabilidad y una capacidad de amortiguación nada desdeñable.
Ahora bien, en el momento en que esta uniformidad se rompa y aparezcan en el camino demasiadas piedras o raíces, la superficie perderá sus dos características principales, aumentando enormemente el riesgo de lesiones.
Hierba
Con la hierba sucede algo parecido a lo que sucede con las superficies de tierra. Por sí misma, una superficie de hierba proporciona estabilidad y buena amortiguación al atleta.
Ahora bien, en ocasiones, cuando la hierba esconde socavones, piedras o raíces, puede convertirse en una trampa mortal para nuestros tobillos, aumentando exponencialmente el riesgo de lesiones.