Todos los que alguna vez hemos participado en una prueba de triatlón sabemos perfectamente la dificultad añadida que entraña correr después de hacer más de 100 km en bicicleta.
Evidentemente, después de recorrer una distancia larga en bicicleta, a nuestro cuerpo le va a costar recorrer una distancia larga corriendo.
Esto ocurre principalmente por un doble hecho: por un lado, es una cuestión postural; por otro, las necesidades de nuestro cuerpo corriendo no son las mismas que cuando vamos sentados encima de una bicicleta.
En este sentido, el hecho de recorrer más de 100 km en bicicleta, hace que nuestro cuerpo se haga a una postura determinada. Una postura que es radicalmente distinta a la que tenemos cuando corremos. Por esta razón, el organismo necesita un tiempo de adaptación. Este tiempo de adaptación será mayor cuanto menos hayamos entrenado específicamente al respecto.
A continuación, vamos a darte cinco consejos para mejorar tu carrera a pie en triatlón.
Corre apoyando el talón en el suelo
Muchos corredores de atletismo, especialmente si compiten en carreras cortas de pista, suelen correr apoyando en el suelo, en primer lugar, el tercio delantero del pie. Lo hacen de esta manera porque se trata de una técnica que responde perfectamente a sus fines. Correr de esta manera potencia la propulsión y, por lo tanto, favorece que el atleta alcance una mayor rapidez. Esto ocurre por el hecho de que, al apoyar primero la parte delantera del pie, el impulso cae sobre los músculos pequeños y, también, sobre la pantorrilla.
Pero, como decimos siempre en este blog, las estrategias deben responder a unos fines concretos. Justamente esta estrategia es insostenible para carreras largas, como es el caso del triatlón. Y es mucho menos viable después de recorrer una larga distancia en bicicleta, cuando los músculos que conforman la pantorrilla están ya especialmente castigados.
Como bien sabemos, el triatlón es una carrera de fondo y, por lo tanto, resultará absurdo aplicar técnicas dirigidas a alcanzar velocidades máximas, puesto que lo único que conseguiremos será agotarnos y, muy posiblemente, no finalizar la carrera.
Por todo esto, nuestro consejo es que corras apoyando, en primer lugar, el talón en el suelo. De esta manera, apoyarás tu peso con los músculos grandes de tus piernas, mucho más preparados para resistir carreras largas y alcanzar un impulso constante en carrera.
Corre con zancadas cortas
Siguiendo el mismo razonamiento que en el consejo anterior, no es recomendable que utilices zancadas largas en una prueba de triatlón.
Las zancadas largas, que son también recomendables para el caso de carreras cortas donde la velocidad es lo más importante, son enemigas de la resistencia y es contraproducente en el triatlón. Recordemos que el triatlón no es una prueba de velocidad sino de resistencia.
Cuando haces una zancada muy larga al correr, lo que sucede es que tu organismo gasta mucha energía. Cuando estas zancadas las utilizas en carreras largas, lo que estás haciendo es malgastar mucha energía sin ninguna necesidad de ello. Esto hará que pierdas fuelle respecto a tus competidores y no te ayudará nada a mejorar tu carrera a pie en triatlón.
La manera de optimizar este gasto de energía en pruebas como la del triatlón, es realizar zancadas cortas y frecuentes. Los especialistas afirman que el ritmo óptimo para una carrera es de 90 pasos por pierna y minuto. De esta manera se consigue minimizar el esfuerzo realizado en carrera y, por lo tanto, maximizar el rendimiento.
Dicho de otra manera, cuando corras en una prueba de triatlón después de recorrer una larga distancia en bicicleta, con las piernas ya muy desgastadas por ese gran esfuerzo, alcanzarás tu máximo potenciar si avanzas en pasos cortos y constantes.
Corre con la postura correcta
No nos cansaremos de repetirlo: el triatlón es una prueba de resistencia y no de velocidad. Es, por lo tanto, una prueba donde la gestión de nuestra energía y nuestro esfuerzo debe hacerse con eficiencia. Es vital también en este tipo de pruebas saber trabajar bajo la presión que ejerce la fatiga.
En este punto es cuando toma importancia la postura que utilizamos al correr. Aunque pueda no parecerlo a simple vista, la postura que utilizamos es de vital importancia en la gestión de nuestras fuerzas en carreras de larga distancia. Una mala postura puede hacer que nuestro rendimiento baje en picado, al provocar que nuestro cuerpo gaste muchas energías de manera inútil.
Por esta razón, cuando compitas en una prueba de triatlón, debes correr con el cuerpo erguido, evitando inclinarte hacia adelante y sin hacer ningún tipo de balanceo vertical, ni con la cabeza ni con el tronco. Tampoco gires el torso de lado a lado mientras mueves los brazos ni levantes las piernas atrás con cada paso
Si sigues este consejo distribuirás correctamente tu peso y conseguirás una gestión eficiente de tu energía en carrera.
Entrénate en la cinta
La cinta estática es un perfecto aliado para practicar los consejos que te hemos dado hasta ahora y, por lo tanto, para mejorar tu carrera a pie en triatlón y alcanzar tu máximo rendimiento.
En la cinta estática podrás controlar perfectamente la frecuencia de tus pasos para aumentarla hasta alcanzar los 90 pasos por pierna y minuto recomendados.
Serás más consciente de tus defectos a la hora de correr y podrás ponerle remedio de una manera más rápida.
Además, la carga aeróbica cuando corres en una cinta es inferior comparada con la misma en el caso de correr en el exterior. El impacto del aire, como es lógico, también es mucho más reducido. Esto hace que puedas entrenar y corregir de una manera más fácil tu postura, reduciendo progresivamente la necesidad de energía que utilizas al correr.
Si te entrenas recurrentemente en una cinta estática, cuando salgas a la carrera notarás como tu rendimiento es superior, puesto que habrás ganado mucho en eficiencia.
Mejora tu rendimiento en bicicleta.
Una mejora de tu rendimiento en la bicicleta es una forma de mejorar tu carrera a pie en triatlón. Si fortaleces tus piernas y aumentas la potencia de tu pedaleo, serás capaz de alcanzar una mayor velocidad utilizando la misma energía o, lo que es lo mismo, podrás ir a la misma velocidad gastando una cantidad menor de energía.
De esta manera, cuando acabes la parte de ciclismo, estarás en mejores condiciones físicas y tendrás más energía para encarar la carrera.