El triatlón vive una época de muchos cambios. Lo hemos dicho en numerosas de ocasiones. De la mano de entidades como la PTO, las diferentes federaciones, organizadores como Super League Triathlon, Challenge o incluso TriXilxes en nuestro país, nuestro deporte está siendo sometido a una cascada constante de cambios, nuevos formatos de competición y una manera diferente de hacer y entender el triatlón.
Prueba de ello es el campeonato de Europa de triatlón que se está disputando desde hoy viernes. No sólo tendremos dos días de competición, sino que además esta transcurrirá sobre una distancia, cuanto menos curiosa: 500 metros de natación, 12 kilómetros de bici y 3.1 kilómetros de carrera a pie.
No hay una versión oficial que explique el porqué de este formato, pero hay algo claro: los formatos cortos cada día tienen más presencia, mientras otros más largos han optado por reducir sus kilómetros. Incluso se he llegado a especular con la posibilidad de que, en París 2024, veamos una prueba olímpica sobre distancia sprint. Pero, ¿por qué está sucediendo esto?
La necesidad de adaptarse y reinventarse
Mientras que Super League Triathlon se ha afianzado con sus formatos de competición más cortos y explosivos (hasta se ha atrevido con los eSports) como una de las ligas más prestigiosas de triatlón del mundo, consiguiendo incluso dar el salto de YouTube a Eurosports; Challenge Miami, con la ayuda de la PTO, ha conseguido reunir a más de 15.000 espectadores en una retransmisión en la que hubo que pasar por caja.
El triatlón quiere (y necesita) dar el salto a la televisión. La venta de derechos televisivos puede suponer una inyección económica muy importante para nuestro deporte, y hay quien ya lo está consiguiendo. Aunque criticado por algunos, la PTO firmó recientemente un acuerdo para que la Collins Cups pueda ser retransmitida íntegramente en Eurosport.
Pensad en las marcas que quieran acercarse al triatlón; la posibilidad de tener visibilidad en uno de los canales de deportes más importantes a nivel europeo es un gran anzuelo para captar patrocinadores.
Pero para que todo esto suceda, o debe haber detrás una inversión millonaria, como es el caso de la Collins Cup, para lograr una producción increíblemente atractiva, o el triatlón debe optar por formatos de competición cortos, explosivos, donde pasen muchas cosas en poco tiempo y que quepan en una franja de una hora para que el espectador no tenga tiempo de desconectar.
Las críticas
Pese a que existen razones que explican todos estos cambios, esta tendencia de nuestro deporte no gusta a todo el mundo. Mientras que algunos aficionados se han quejado de que el triatlón llegue a plataformas de pago, deportistas como Javier Gómez Noya han manifestado su desencanto con los formatos más cortos.
“No estoy contento con la forma en la que va el triatlón ITU”, afirmaba el cinco veces campeón del mundo hace unos meses. De hecho, el año pasado ya decidió ausentarse del campeonato del mundo de Hamburgo (disputado sobre distancia sprint) y hace poco confirmaba que, tras los Juegos, su carrera girará hacia la larga distancia.
Evolucionar para crecer
Los más puristas están siendo muy críticos con algunos de estos nuevos formatos de competición del triatlón, pero, desde nuestro punto de vista, no se trata más que de la evolución de un deporte que busca hacerse grande y abrirse un hueco entre el público general.
Como siempre ocurre (sólo hace falta echar la vista al lado y recordar el follón con la Super Liga de fútbol), nunca llueve a gusto de todos, pero nos queda la parte buena: pensar que todo tiene un único fin, el de conseguir que el triatlón sea un deporte más profesionalizado.
Y vosotros, ¿qué pensáis?