En 2016, tras lograr el oro olímpico en triatlón en Río de Janeiro, Gwen Jorgensen dejó perplejo al mundo a nuestro mundillo anunciando que cambiaba de deporte: quería volver a a unos Juegos Olímpicos y ganar una medalla, pero esta vez como atleta.
En un principio, la idea pasaba por estar en Tokio en la prueba de maratón. Pero, después de una brillante transición deportiva, llegaron los problemas de lesiones y el estancamiento, y con ello más decepciones que éxitos entre 2018 y 2020. La calificación y el entrenamiento necesario para el estar a la altura en maratones no eran factibles.
Entonces, la ex triatleta, que se había unido a uno de los mejores clubes de Estados Unidos, el Bowerman Track Club, trazó junto a su entrenador, Jerry Schumacher, un plan alternativo: probar suerte en 5.000 y 10.000 metros.
Novena en su intento de lograr plaza para el 5.000
La campeona olímpica de triatlón había conseguido correr los 5.000 metros este año en 15:08 minutos, lo que suponía su mejor marca personal y estar dentro de la mínima olímpica para mujeres (15:10 minutos). También se había asegurado el año pasado la clasificación para los ensayos olímpicos estadounidenses, los conocidos U.S. Olympic Team Trials, en los 5.000 metros, en los que las tres primeras mujeres (con nivel olímpico) obtienen el billete estadounidense para Tokio.
El pasado lunes Gwen Jorgensen asumió una derrota ante la fuerte competencia de los Trials Olímpicos de EE. UU para Tokio. Su mejor marca (15:08.28) era lo suficientemente rápida para clasificarse para los Juegos, pero sus compañeras Karissa Schweizer (14:26.34) y Elisa Cranny (14:48.02) estaban un peldaño por encima.
La prueba de 5.000 m, celebrada Eugene, Oregón, fue extremadamente calurosa, lo que hizo que los tiempos fueran más lentos. Cranny ganó la carrera en 15:27.81, Schweizer fue segunda en 15:28.11 y Rachel Schneider ocupó la última plaza olímpica en 15:29.36. En su intento de estar en Tokio, Gwen Jorgensen terminó en novena posición con 15:50.62.
El sábado, última oportunidad de Gwen Jorgensen para estar en Tokio
Sus dos compañeras, a las que Gwen felicitaba en Instagram («Estoy muy orgullosa de estas dos olímpicas y de la forma en que se comportan y actúan bajo presión», escribía en su cuenta), estarán también este sábado luchando por otra plaza en los 10.000 m.
Ambas son las favoritas en una prueba en la que Jorgensen, de 35 años, tendrá una segunda (y última, por el momento) oportunidad de intentar estar en sus terceros Juegos Olímpicos. Para esta en Tokio, Gwen Jorgensen tendrá que correr en 31:25 y terminar entre las tres primeras. Eso supone batir su mejor marca personal por más de medio minutos (31:55.68).