Hace unos semanas Judith Corachán nos abrió las puertas de su casa y pudimos charlar con ella sobre su carrera deportista y conocer de cerca su lado más personal en uno de los años más importantes de su vida como triatleta profesional.
La catalana regresa este fin de semana a la competición. Será un Anfi Challenge Mogán que dará el pistoletazo de salida al calendario internacional de media y larga distancia en nuestro país. Con nombres de la talla de Jan Frodeno o Patrick Lange en chicos, o Nicola Spirig y Katrina Matthews en chicas. Además tendremos importante representación española con Sara Pérez, Pablo Dapena o Iván Raña, entre otros.
Tras recuperarse de una larga lesión de la que ya ha pasado página con la ayuda de Carles Tur, su entrenador, Judith llegará a Gran Canaria con la vitola de estar entre las favoritas. Algo que no es fácil de gestionar para una persona «muy vergonzosa y que gusta pasar desapercibida», sobre todo siendo profesional. «Por una parte intento sacar lo bonito de esa parte, que es que la gente te conozca, pero es inevitables no notar la presión«.
Corachán tiene su vía de escape a las exigencias del público. «Al final pienso que lo hago porque quiero y no le debo nada a nadie, porque yo tengo mi trabajo y mi profesión». Y se queda con lo bueno. «Si lo dicen es porque te valoran«.
La «batalla» de IRONMAN y Challenge
Sobre el nuevo paradigma deportivo en el que Challenge parece coger fuerza mientras IRONMAN afronta una crisis de reputación, Judith es clara: «Yo no soy de casarme con nadie«. Su calendario no está supeditado a ninguna franquicia y depende únicamente de «lo que me gusta y lo que me va bien por fechas».
Sin embargo, cree que Challenge está haciendo las cosas mejor. «Está postando más, no sólo por el triatleta profesional, también por el amateur y está intentado cuidar un poco más a los corredores». Quizá algo ha tenido que ver su alianza con la PTO, «un gran acierto y una gran ayuda», según Judith.
«Diría que es mi mayor sponsor«, afirma. «Y no sólo es el apoyo económico, también es sentirnos apoyados y tener una seguridad para cualquier cosa que necesites: para viajar al extranjero, para el tema de ser madre, por ejemplo», explica la triatleta que tilda a la PTO de «un regalo» y confía en «que sea algo de futuro». Ojalá todos su planes salgan adelante.
Pero también tiene un hueco para otras carreras en su calendario. De hecho, le brilla la mirada cuando habla de carreras como Embrunman, uno de los monumentos de la larga distancia o Zarautz (cancelada recientemente), pruebas que le han devuelto muchas alegrías en su carrera deportiva a Judith Corachán.
«No me fijo en el FTP»
También pudimos hablar de su día a día, en el que la carrera a pie era lo más duro. «Ahora me siento más triatleta que nunca y no sabría decirte si me gusta más o menos que otra disciplina», explica. «Lo que más me cuesta son las series cortas pero sé que hay que hacerlas y las hago un día a la semana«.
Al contrario de lo que podríamos esperar, Judith afirma ser una triatleta de pocos números. «No los memorizo», dice cuando le preguntamos por sus datos de FPT. «Hago mis entrenos a lo que me toca y no me fijo en el FTP«.
Entrenos que están siendo, por tercera temporada consecutiva, sobre una Felt. «Estoy muy agradecida de que una marca grande apueste por mí. Es una marca referente y me cambian la bici temporada a temporada».
Mejora aerodinámica de la mano de Jaime Menéndez de Luarca
«Intento cuidarla bastante, hice el estudio con Luarca el año pasado y siempre le escribo o me escribe para darme algún consejo de aerodinámica, cascos y demás», nos cuenta Judith, que ha ganado cuidando detalles y buscando una posición más agresiva.
La nutrición, una de las claves de Judith Corachán
La nutrición, ese aspecto tan importante del entrenamiento invisible, es una clave en la vida de un deportista. «Si eres profesional aún lo tienes que cuidar más. Le doy tanta importancia como a la bici o a correr«, explica. «Yo soy una personas que necesito cuidarme, peso las comidas y controlo mucho la alimentación y los alimentos que me van mejor antes, durante y después del entreno«.
«La única ayuda que tengo son 6.000 € anuales de mis patrocionadores»
Judith Corachán se abrió por completo con TTBIKE para hablar de la parte más dura de ser triatleta profesional en España. «Cuando vas a otras carreras ves que los deportistas profesionales de otros países se dedican sólo a esto y tienen ayudas. Aquí eso no sucede«.
Al menos a Judith, quien afirma no tener ayudas de «ninguna federación o gobierno». Tampoco exige tenerlas, «pero ves a otras deportistas de otros países de tu mismo nivel y se dedican a esto«, mientras Judith sale adelante gracias a su trabajo como entrenadora.
«Mi día a día es una rutina, como la de una persona más, pero cuando llegas a competir tienes envidia sana. Piensas que si hubieras nacido en otro país quizá sería diferente».
Aunque reconoce que es «un tema complicado«, se trata también de «una realidad que no puedes esconder«. Y es que las ayudas de Judith se limitan a sus sponsor, «pero son 6.000 euros al año, no pago ni la mitad de viajes«, dice.
El gran objetivo de Judith Corachán en 2021: IRONMAN Kona
La pandemia está retrasando el momento de que Judith cumpla una de sus sueños deportivos: cruzar la meta de IRONMAN Kona. «Hawaii es el gran objetivo de 2021. Era un reto y un sueño que ahora tengo en mis manos. Ojalá este año pueda estar allí«,nos dice la triatleta de Felt, que se muestra «muy ilusionada y con muchas ganas de preparar este reto».
Sobre sus expectativas de cara a unos de los mejores y más importantes triatlones del mundo, es prudente. «Mi meta siempre está a nivel personal y Kona me da mucho respeto», reconoce. Por eso «el regalo es poder estar allí».
Para Judith Corachán un TOP 20 sería un gran resultado. «Lo quiero hacer muy bien, pero creo que va a ser difícil hacer una buena actuación. La carrera se hace muy dura por el viento, el calor, los nervios», explica la triatleta, que no quiere ser pretenciosa con grandes resultados.
«Por más que llegue bien va a ser difícil. Yo quiero llegar ese día y sentirme competitiva y, en la manera de lo posible, sentirme cómoda y ver que puedo defenderme».