Más de dos años han pasado desde que una de nuestras triatletas más mediáticas se enfrentará a su último IRONMAN. Este domingo, Saleta Castro estará en Almere (Países Bajos) para correr su 20º triatlón de larga distancia. La gallega ha vuelto a recuperar la motivación y vuelve por todo lo alto: compitiendo en el campeonato del mundo de la modalidad.
Ayer, Emilio Moreno pudo entrevistar en directo a la triatleta de Cervélo y a su entrenador, Víctor Arroyo. Ambos hablaron sobre el regreso y el futuro de la triatleta, ahora que ha encontrado de nuevo la ilusión por volver a competir en la larga.
Saleta Castro regresa a la distancia IRONMAN tras dos años de desconexión
Hace dos años que Saleta perdió la motivación para seguir peleando en la distancia IRONMAN. «Me lesioné de la cadera en Frankfurt y no estaban muy bien con mi entrenador. Ahí decidí hacer un reseteo y recuperarme de la lesión«, contaba Castro.
Por aquel entonces, la triatleta ya había perdido la motivación. «Me había planteado llegar a Hawai y ganar un IRONMAN, y lo conseguí. Pero después me quedé un poco vacía, no sabía muy bien qué hacer«.
«Tuve que parar y reencontrarme conmigo misma y ver sí quería seguir en Ironman o qué quería hacer.»
Con el mundial de larga en casa, Saleta volvió a motivarse. Sin embargo, tras la cita de Pontevedra, aquella que coronó a Javi Gómez Noya y donde Judith Corachán fue 2ª, Castro dijo basta. «Tuve que parar y reencontrarme conmigo misma y ver sí quería seguir en IRONMAN o qué quería hacer«, recordaba la triatleta.
Victor Arroyo y Victor Benages, los principales culpables
Pero ha vuelto a encontrar las ganas, las fuerzas y la ilusión para regresar a la competición. Tras dos años «desconectada de la distancia full», en los que no ha tenido entrenador y ha hecho «las carreras que me apetecían», Saleta ha decido volver.
Un café con el campeón de España de larga distancia a principios de julio lo cambio todo. «Víctor volvió a motivarme. Cogí ilusión y me planteé preparar un IRONMAN«, comentaba anoche Saleta, que echa «parte de la culpa» a él y su pareja, el también triatleta Víctor Benages. «Fue quien me dijo adelante», matiza.
Motivación a tope para el mundial de Almere
Saleta ha recuperado la confianza en sí misma. Confesaba que a Almere llega con «10 semanas muy buenas, de una preparación increíble». Por eso vuelve a estar «super motivada para esta distancia».
Tras una época difícil asegura que haber recuperado las ganas. «He hecho unos entrenos increíbles y vuelvo a tener esa ilusión por competir en esta distancia y, sobre todo, por querer mejorar y superarme«, dice la deportistas de 226ers.
El compromiso, la gran cualidad de Saleta Castro
Su entrenador, quien también defenderá los colores del trimono español en Almere junto a Saleta y Pablo Dapena, sólo tuvo buenas palabras para ella. Víctor Arroyo describió a Castro como una triatleta con mucho potencial, característica que le hizo dar un paso al frente y ofrecerle su ayuda.
«Ha decidido confiar en mí y estoy muy agradecido, es un gran reto para mí como entrenador», señala el triatleta.
El doble reto de Saleta Castro: «Volver a la alta competición y demostrar que puede estar ahí arriba».
De su pupila quiso destacar una cualidad: su compromiso. Algo que ha despertado una ilusión conjunta en ambos: «estar en un campeonato del mundo y que lo haga fenomenal después de tanto tiempo«, deslizaba.
Por delante, un doble reto: «Volver a la alta competición y demostrar que puede estar ahí arriba, porque la calidad la tiene y simplemente hay que sacársela», comenta Arroyo.
Su entrenador no sabe si el potencial saldrá a la luz en los próximos meses, años o sí lo hará este mismo domingo, pero tiene claro que no se puede desaprovechar «la calidad, el compromiso y el trabajo diario que ha demostrado estos meses».
La buena relación entrenador-pupila, una clave
Saleta Castro también quiso poner en valor las cualidades de Víctor como entrenador, y dejar claro que era un pilar importante en su regreso. La gallega destacó la confianza que trasmite el madrileño.
«Es muy importante saber que confía en el plan y en el deportista«, apuntaba Castro. Y es que con Arroyo las cosas han fluido desde el primer día y el trabajo ha sido muy fácil.
Entre risas quiso destacar también otra cualidad de su entrenador: «Me sorprende que está disponible 24 horas«, señaló. «Ahí demuestra lo implicado que está».
Arroyó «se defendió» argumentando que «la implicación del entrenador tiene que ser igual o más que la del alumno«.
En Almere no esperan milagros, no se pueden conseguir en tan solo diez semanas. Pero Saleta ha recuperado la confianza, las ganas y ha adquirido cualidades que antes no tenía, como la capacidad de rodar acoplada y sostener unos vatios determinados.
Aunque sus números aún se encuentran «lejos de una gran triatleta», confesaba que se encuentra más fuerte. Así que desde TTBIKE sólo podemos desearle el mejor de los resultados y que esa motivación que ha recuperado, sólo vaya a más.
¡Mucha suerte para Castro, Arroyo y Dapena!